Amigo animalista, date cuenta

Torero Andrés Roca Rey. Foto: Plaza de Toros de Las Ventas.

Hay algo un poco aterrador cuando suceden este tipo de cosas. No sé ustedes, pero cada vez que aparecen estas noticias, como la corneada que sufrió el torero Andrés Roca Rey no puedo evitar leer todo lo que la gente comenta. Y estas opiniones terminan siendo muy dignas de El Perú está en los comentarios.

Es que no entiendo. Se supone que la mayoría de nosotros considera algo muy pero muy despreciable el maltratar a un animal. ¿Quién en su sano juicio podría pensar que es algo sano infligir dolor por placer?  Sin embargo, soy consciente de que mi posición es contemporánea, hija de mi tiempo. Debo aceptar que, aunque no me guste, la tauromaquia es una tradición que mucha gente aún aprecia, y que no son necesariamente malas personas las que gustan de ella. Pero considero que están equivocadas y que no se le puede llamar arte a violentar a otro ser vivo.

Y esa es materia para otra discusión. Esa discusión siempre debe quedarse en el terreno de las ideas. Poco a poco desaparecerá. Al igual que cada vez son más despreciadas las expresiones racistas u homofóbicas.

Lo que no puede, lo que no debería suceder, es esa recatafila de comentarios furibundos cada vez que un torero es corneado en plena faena. Lo que no debería pasar es el llamado al linchamiento, a la violencia por parte de quienes dicen sentir compasión por los animales (como llamar a linchar a un maltratador de animales). Sus comentarios me aterrorizan. Los más suaves dicen que Roca Rey se merecía la corneada, que mejor hubiera muerto. Los más avezados le desean los peores tormentos en vida.

Ok., seamos justos. No estamos hablando de todos los animalistas. Ni siquiera sé si se trata realmente de animalistas. Pero varios sí se consideran como tales. ¿Por qué se manifiestan a favor de la violencia contra otro ser vivo? Se puede decir que un ser humano capaz de infligir dolor no merecería piedad por parte de nosotros. A lo cual diré que no tiene sentido luchar contra la crueldad hacia los animales si vamos a terminar igualando esa crueldad. La crueldad es crueldad, no existe crueldad justificada. De lo contrario lo que estamos estableciendo una peligrosa jerarquía en la cual los animales o los ideales o cualquier otro tipo de ser o idea son siempre sagrados en contraposición a los seres humanos, cuyo valor se puede relativizar a conveniencia. Eso, amigos, es fascismo puro y duro, una justificación pobre de un muy mal disimulado desprecio por la humanidad. Eso es peligroso en todas sus formas.