Sigue esta cadena de oración para que Erick Osores reciba un abrazo gratis

Regina Limo
Nerd feminista y lesbiana. Escribo guiones, narrativa y teatro. Leo como descosida y colecciono juguetes. También puedes leerme aquí Hueveo en Twitter como @reinadecapitada
No es la primera vez.
Imagen: captura YouTube
Empecemos con una sentencia:
NO es NO, en cualquier circunstancia.
Parece increíble que sea raro ver en televisión nacional a una mujer peruana manifestando molestia ante una actitud invasiva, como Melissa Peschiera ante el amago de abrazo que hace Erick Osores. Pero lo es, al punto de que un hecho que debería haber pasado desapercibido se convierta en titular, y no por la actitud de él sino la de ella.
No, amigos, la peor forma de chotearlo hubiera sido agarrarlo a machetazos o aventarle una granada. Melissa simplemente le dijo que NO, como cualquier persona normal.
Es realmente incómodo ser víctima de un comportamiento impulsivo. INCÓMODO PARA ELLA.
Tercer titular destinado a compadecernos de lo mal que la pasó él. ÉL, NO ELLA.

Nótese el corazoncito roto
Si hay algo trágico en la vida de un hombre es que lo rechacen no una, sino dos veces. Jehová no lo permita.
La actitud de Osores, además, fue más allá del amago. El resto del tiempo continuó con repetidas alusiones a la belleza de Melissa, a manera torpe de disculpa, pero que en realidad eran extensiones de su gesto frustrado.
El problema con el incidente entre Melissa Peschiera y Erick Osores trasciende la relación entre ellos. Pueden ser amigos o enemigos fuera de cámaras, pueden incluso decir que ha sido una broma, pero eso a la opinión pública le ha importado un bledo. Para muchos el problema es que ella fue maleducada, sobrada, creída, y hasta fea. Es decir, lo último que importa es la opinión de la aludida. Ella DEBE corresponder. ¿Por qué? Porque así es y punto.
Estamos obligadas a aceptar cualquier contacto físico en nombre de una supuesta etiqueta: besos en la mejilla, en la mano, abrazos, etc.
Lo único que podemos decir a favor de Erick Osores es que al lado de Luis Solari queda como un gatito en adopción.
Esa supuesta etiqueta no escrita en muchos casos, pero fuertemente cultural, implica una concepción donde el hombre ‘halaga’ y la mujer agradece el halago. Nuestro valor depende de cuánto somos halagadas. Ser halagadas es un premio, lo queramos o no.
Lo peor es que no es la primera vez que Osores intenta pasarse de listo. Si lo suyo son bromas, pues son bastante agresivas.
Vamos a ver. Que ambas partes digan que es una broma antes o después no elimina un gran problema:
Hemos normalizado las actitudes invasivas sobre el cuerpo de las mujeres
Lo peor de lo peor es que no es el único presentador de televisión peruana que tiene estas conductas. Recordemos al inefable Mario Bryce, tristemente célebre por sus comentarios de doble sentido.
Pero tampoco hay ninguna sanción social relevante sobre Bryce. El consenso es que es normal hacer este tipo de “bromas” y si las rechazamos vamos de amargadas a feas a sobradas a desagradecidas y todo lo que se te ocurra. Lo último de lo último sigue siendo lo que nosotras pensemos. Y puede que llegue al punto de que nosotras mismas lo normalicemos, total, solo es una broma ¿no?
Algo similar acaba de pasar en Italia. A una cantante la manosea uno de sus bailarines en plena transmisión. Ella se ve visiblemente molesta, lo empuja, lo hace caer. Pero todo se trataba de una broma que le hicieron a ella. Ha de ser muy divertido que te empiecen a manosear en vivo, supongo.
Hay que verlo del lado bueno. Acá nadie habla de «El mal momento que pasó el bailarín».
El problema es que cuando somos agradecidas o complacientes o todo eso junto, luego lo que nos pase es culpa nuestra porque “no nos dimos a respetar”, “no pusimos el pare a tiempo”, “le dimos demasiada confianza”, etc. Solo hay que buscar un poco en las noticias sobre violaciones. Por ejemplo, en esta que, lamentablemente, acaba de ocurrir.

Sororidad, hermanas, sororidad.
Es decir, si rechazamos, hacemos mal, si aceptamos, hacemos mal. En realidad todo siempre es nuestra culpa.
Pero por otro lado ¿por qué tenemos que esperar a que las cosas sean graves para recién reaccionar? Por más broma que haya sido, está bien que en televisión nacional una mujer diga no. Ya basta de normalizar las actitudes invasivas, que pueden llegar al acoso, pero que sin serlo ya son bastante violentas. Los indicadores están ahí y no queremos verlos. El “No es no” se tiene que entender desde las cosas más simples.
Si Erick Osores quiere un abrazo, yo le recomendaría que busque a estas personas:

Imagen levelup.com
Más procrastinación
