Lima , noticias , politica , reinadecapitada , sociedad Miércoles, 20 enero 2016

La portada de correo dedicada a guzmán nos hizo retroceder cincuenta años

Regina Limo

Nerd feminista y lesbiana. Escribo guiones, narrativa y teatro. Leo como descosida y colecciono juguetes. También puedes leerme aquí Hueveo en Twitter como @reinadecapitada

Ayer me levanté y habíamos retrocedido cincuenta años. La portada del diario Correo del día martes 19 de enero de 2016, repito por si acaso 2016, fue esta:

guzmán

Foto: Correo

¿“Mi esposa para la olla”? Amigos de Correo, ¿es en serio? ¿estamos en 1950? Es decir, un titular amarillista como este (¿letras amarillas? esto es lo que se llama post-ironía ¿no?) quedaba bien en la campaña presidencial de 1960.

Uno se pregunta qué tiene de relevante esta declaración y luego en la bajada lee esto:

«Julio Guzmán revela que no trabaja hace más de un año y que su mujer corre con los gastos del hogar. Llueven críticas a candidato por contradicciones frente a consulta previa».

Okeeeeeeey…

La noticia dice prácticamente lo mismo con los agregados de las vinculaciones financieras y partidarias del candidato. Por un momento pensé que mencionarían implicaciones de la esposa en algún hecho delictivo o, por lo menos, sospechoso. Digo, de esa forma ese titular tendría, de alguna manera, sentido.

Julio Guzmán no es santo de mi devoción, pero me interesa analizar esta portada porque lo importante es lo que un medio quiere pintarnos acerca de un candidato, y Correo apela a las peores razones para desaprobarlo.

Una frase citada en un titular solo puede tener, si nos ponemos simplistas, dos sentidos: positivo y negativo. Se cita una declaración crucial, una confesión de delito, una nueva medida o un cambio. En suma, se cita algo relevante.

No entiendo a cuenta de qué este titular puede ser algo negativo. Porque sí, se interpreta como algo, a todas luces, negativo. Los elementos en el gráfico, sumados, hacen un conjunto significativo: titular amarillo entre comillas y al lado la cara de Guzmán captada en gesto que puede asumirse avergonzado. Dos más dos son cuatro. No hay que ser experto en semiótica para ver lo dañino del asunto. Pero los comunicadores estudian semiótica, y esta portada no es, de ninguna manera, inocente.

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Foto: Captura El Comercio

Muchísimo más relevante son las incoherencias en temas tan serios para el país como el derecho a la consulta previa, que varios medios hicieron bien en resaltar en primera plana. Pero a los amigos de Correo les pareció más escandaloso que la consorte del señor Guzmán sea la que asuma los gastos, o eso deja entrever su titular.

Si aquella cita fue un clickbait, o sea un anzuelo para los clics, es del peor tipo: apela a las emociones más básicas de los usuarios. Podemos ser indulgentes cuando este método se usa con videos de gatitos o perritos que nos hacen decir “ohhhh” y detener la chamba para verlos hacer monadas, contenidos que también son irrelevantes, pero que al menos no refuerzan prejuicios dañinos haciéndolos pasar por sentidos comunes. Si se desea causar impacto, es preferible generar polémica de la buena, cuestionando sentidos comunes para que el lector se sienta interpelado (y cliquee).

Porque ya tenemos bastante violencia de género en el país como para andar reforzando “sentidos comunes” sobre los roles de género. Porque tenemos políticos que pueden afirmar alegremente que las mujeres quieren decir que sí cuando dicen que no, o pueden tener antecedentes de violencia o abuso. O ya bastante hacemos señalando a un presidente de “Cosito” o gritando en las marchas que Ollanta cocina y Nadine gobierna como si fueran indignas las labores domésticas.

Ya sé que vivimos en un país donde los candidatos que van primeros en las encuestas se unen a conservadores como Julio Rosas, no suscriben el matrimonio igualitario ni la legalización del aborto en caso de violación, pero que el periodismo llegue a ese nivel se pasa varias cuadras el deber de la responsabilidad. Porque si el sentido común peruano refuerza el sexismo, lo mínimo que le corresponde al periodismo es cuestionar esos sentidos comunes, no reforzarlos. De repente pido mucho, porque no es la primera vez que Correo tiene este tipo de portadas. Recordemos las infames dedicadas a Hilaria Supa. Amigos, la escuela de Aldito no es el camino.

Regina Limo

Nerd feminista y lesbiana. Escribo guiones, narrativa y teatro. Leo como descosida y colecciono juguetes. También puedes leerme aquí Hueveo en Twitter como @reinadecapitada