Lima , noticias , reinadecapitada , sociedad Martes, 5 enero 2016

Las playas son para todos menos para ti

Regina Limo

Nerd feminista y lesbiana. Escribo guiones, narrativa y teatro. Leo como descosida y colecciono juguetes. También puedes leerme aquí Hueveo en Twitter como @reinadecapitada

El fin de semana pasado, a propósito de las fiestas de fin de año y los campamentos de año nuevo que tradicionalmente se organizan para recibir el año nuevo, circuló en varias cuentas de Facebook esta fotografía de una playa de Máncora, que supuestamente fue tomada entre el 31 de diciembre y el primer día de enero.

10286_1020605704664469_4049540234060860187_n

Foto: Facebook

Aún sin tener certeza de su procedencia, sabemos que este tipo de imágenes, lamentablemente, ya se volvieron comunes en el país. La precariedad llega a tal punto que nos acostumbramos a la suciedad como un problema con el que simplemente, convivimos.

No voy a elaborar un solucionario para este asunto porque creo que el problema es más complejo de lo que se sugiere. Sí me gustaría plantear algunas cuestiones que deberían ser obvias pero que, por desgracia, no lo son y generan una serie de falacias mal entendidas como sentidos comunes.

Cada vez que circulan estas imágenes (que ya se han convertido en parte típica de los reportajes de fiestas, como las prendas amarillas y el problema de los cohetones) una propuesta común de solución es privatizar las playas o impedir que cierto tipo de personas circulen en ellas. Ha sucedido como reacción a esta imagen y también sucedió cuando las playas de Ancón fueron tomadas ilegalmente por residentes de la zona.

Lo peor es que el malestar con esta conducta justifica el lamentable racismo de muchos. A veces este es abierto (porque se esconde en cuentas falsas):

playa1

Foto: Captura Facebook

En otros casos simplemente se manifiesta en el deseo velado de determinar quién entra y quién no, aludiendo a rasgos conductuales de las personas. No hay que ser especialista a estas alturas para entender que el racismo y el clasismo en el Perú son ejercidos incluso por quienes son vulnerables a ambos. Es decir, no necesitas ser un vecino pudiente con casa de playa para apoyar la restricción de tránsito y permanencia en un lugar. Solo necesitas creer que hay sectores de la ciudadanía que son esencialmente inferiores a ti (ya sea en intelecto, educación, etnia o color de piel) y que no pueden cambiar, para que en tu imaginario dejen de merecer los mismos derechos que nosotros. Así, unos ciudadanos se sienten moralmente autorizados para restringir los derechos de los otros por rasgos como el lugar de origen, la procedencia social, etcétera.

playa 2

Foto: Captura Facebook

playa 3

Foto: Captura Facebook

Y esta es una propuesta típica para estos problemas:

playa 4

Foto: Captura Facebook

Este último comentario es bastante revelador de cómo los peruanos asumimos las soluciones al orden. La premisa es que si todos no podemos mantener la limpieza, entonces el espacio debe ser otorgado solo a quienes sí la pueden mantener. Sospecho que es muy probable que el comentarista no sea dueño de ninguna casa frente al mar, como tal vez no lo sea ninguno de los otros comentaristas, por lo cual estaríamos ante la terrible paradoja de que apoyan la restricción de derechos contra sí mismos y en favor de otros.

Cabría recordar algunas cuestiones importantes:

  1. Los derechos no se otorgan por orden de mérito. De hecho, no se otorgan en ningún caso. Los seres humanos ya tenemos los derechos por el simple hecho de ser humanos. Para ilustrarlo mejor: tú no te ganas el derecho a la vida, ya lo tienes. No puedo matarte de buenas a primeras porque considero que eres una mala persona. Tu vida no vale menos que mi opinión sobre ti. Sucede lo mismo con los demás derechos. Ensuciar las calles es una falta pero ninguna falta tiene el peso para terminar con un derecho.

  1. Es contraproducente privatizar las playas. Quienes apoyan esta medida también quedarían fuera de ellas. Es decir, el castigo beneficia a pocos y perjudica a muchos. Entre esos muchos están varios de los comentaristas de arriba. Si dejamos que las playas sean usurpadas, lo que estamos haciendo es regalar un bien público. Se empieza decidiendo quién entra y quién no, y se termina lotizando el terreno y vendiéndolo a buen precio. Los derechos terminarían disminuidos por la capacidad económica de otros.

  1. La libertad ciudadana es un bien valioso que no se puede quitar ni restringir salvo delitos probados y mediante el sistema legal del país. En caso contrario, lo que hacemos es darles a algunos ciudadanos un poder arbitrario para que decidan sobre otros. Ya lo hemos visto en el problema de Ancón y otras playas: unos vecinos asumen que la residencia les da el derecho a impedir el tránsito a otros. Aplicando esa misma lógica en el resto de Lima es que se siguen cerrando calles y barrios. Un día, los mismos que abogan por las restricciones verán restringidas sus propias libertades, por muy limpios y buenas personas que juren ser.

En resumen: la solución al problema de la suciedad no pasa por restringir zonas. Lo que se busca con esto no es resolver el problema directamente, sino hacerlo a un lado, escapar de él. Asumir que el problema es solo culpa de un determinado tipo de personas. Eliminar a la gente que consideramos distinta a nosotros.

La idea de un país más ordenado, limpio, pero sobre todo solidario no pasa por crear zonas “exclusivas”. Lamentablemente esta es una palabrita que vende mucho en el país. Todos quieren comprar departamentos en áreas “exclusivas”. Nadie quiere integrarse: que los demás se ensucien entre ellos, que los demás se maten entre ellos. No es nuestro problema mientras se mantengan alejados. Adivinen qué problema grave de violencia nacional surgió en el país durante los años ochenta gracias a esta forma de pensar.

En la página de donde tomé los comentarios (el Diario de Curwen) encontré algunas, pocas, propuestas de solución más coherentes con atacar el problema directamente.

Estas, por ejemplo:

playa 5

Foto: Captura Facebook

playa 6

Foto: Captura Facebook

Sí, lamentablemente esta puede ser una solución eficaz, muchas personas actúan más movidas por vergüenza social que por conciencia del orden y la limpieza. Además no se atenta contra ninguno de sus derechos. La sanción social suele ser bastante eficaz.

******************************************************************************

Este gráfico (elaborado por www.jaimedelgado.com y tomado de la página Ciudadanos luchando contra el racismo) nos recuerda que la playa en el Perú es de dominio público, de acuerdo a la Ley N° 26856:

10956993_856489591082294_8387301777509349072_o

Foto: www.jaimedelgado.pe

“Las playas del litoral de la República son bienes de uso público, inalienables e imprescriptibles. Se entiende como playa el área donde la costa se presenta como playa descubierta con declive suave hacia el mar y formada de arena o piedra, canto rodado o arena entremezclada con fango más una franja no menor de 50 metros de ancho paralela a la línea de alta marea.

El ingreso y uso de las playas es libre”.

Regina Limo

Nerd feminista y lesbiana. Escribo guiones, narrativa y teatro. Leo como descosida y colecciono juguetes. También puedes leerme aquí Hueveo en Twitter como @reinadecapitada