Spoilers Domingo, 31 mayo 2015

Regresa Orange is the new black en su tercera temporada

Regina Limo

Nerd feminista y lesbiana. Escribo guiones, narrativa y teatro. Leo como descosida y colecciono juguetes. También puedes leerme aquí Hueveo en Twitter como @reinadecapitada

Imagínate a una chica mezcla Hummus de Barranco con Hummus de San Isidro: clase media, formación universitaria, políticamente correcta, novio maravilloso, emprendedora, respetuosa del medio ambiente… Esta chica tiene la vida perfecta, la vida que muchos añoran e idealizan. Ahora imagínatela en una cárcel de mujeres. ¿Por qué? Porque en su pasado loco, esta loquilla se enamoró de una narcotraficante para la cual trasladó dinero sucio. Pues bien, esa es la premisa de Orange is the new black, una de las series bandera de Netflix.

Por cortesía de esta cadena de entretenimiento en línea, tuvimos acceso a los seis primeros episodios de la tercera temporada, que se estrenará el 12 de junio de este año.  A estas alturas ya es claro que Netflix se caracteriza por su osadía para producir series porque, al ser una plataforma en línea, no se somete a los parámetros de la televisión tradicional. Además, en cuestión de presupuesto no tiene nada que envidiarles a gigantes como Showtime o HBO (ahí están Daredevil o Marco Polo para demostrarlo). Esto se traduce no solo en producciones magníficas sino en guiones muy bien elaborados.

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Iamgen: Netflix

Porque si hay una serie  que no necesita una gran parafernalia de escenarios y efectos especiales para destacar esa es Orange is the new black, basada en el libro testimonial de Piper Kerman. La serie, que podríamos clasificar como dramedia, se sostiene en su humor ácido y cosechó fanaticada desde su primera temporada. Esta servidora en particular escribió antes sobre las dos primeras temporadas de la serie.  Había mencionado que no la convencía mucho el tópico cárcel de mujeres porque suelen caracterizarse por el cliché y los sentimentalismos, pero  OITNB logró romper ese temor gracias a un equipo de guionistas liderados por Jenji Kohan, la creadora de Weeds. Como podemos ver, las ficciones de protagonistas femeninas se le dan muy bien. OITNB presenta no solo las desventuras de Piper Chapman sino del conjunto de reclusas de la prisión de Litchfield, todo un crisol de procedencias, grupos étnicos y orientaciones sexuales que dejaron a The L Word como Melrose Place.

Algo que hasta el momento había arriesgado OITNB de a pocos era inclinarse al drama y al suspenso. Lo intentó la temporada pasada con la presencia de una nueva villana y buenos resultados. Pero esta vez el drama es más fuerte en la figura de los grandes cambios que está pasando Litchfield.

Hay que destacar que un acierto de la segunda temporada fue dejar de centrar la trama en una sola protagonista y hacer de Orange una historia coral, donde no había una sola protagonista que llevara la trama sino que todas las historias tenían relevancia. Esta tercera temporada fortalece esa tendencia. Desde el primer capítulo se presentan arcos paralelos que van creando diversas intrigas: las historias de Red, Pennsatucky, Dayanara, etc. Así también observamos ya no solo los habituales flashbacks de la vida de las reclusas, sino de personajes ligados a su entorno. Es probable que sus guionistas decidieran que hacía falta un poco más de acción en asuntos propios de las cárceles como la corrupción, el abuso, el tráfico de drogas. Finalmente una trama carcelaria que se pretenda dramedia, y no incluya delitos y violencia quita algo de verosimilitud a la historia.

Hay que dedicarle unas líneas a al primer episodio de esta nueva temporada. Su trama se sitúa en el Día de la Madre, en el que las reclusas reciben a sus hijos. La gracia de este capítulo radica en que, para un espectador no iniciado, será fácil familiarizarse con los personajes y hasta sentir empatía por ellos.

La fanática Pennsatucky y la sarcástica Boo

La fanática Pennsatucky y la sarcástica Boo

Ahora, si bien aplaudimos que el personaje de Piper Chapman haya dejado de ser central, creemos que su evolución debería ser un poco más notoria. Todavía hay intentos de hacerla un personaje interesante, y la actriz tiene un gran potencial para la comedia, pero mientras que el resto de personajes vive situaciones más complejas ella aún se mantiene en sus leit motivs.  Otro desacierto es que esta temporada demore tanto en presentar a los nuevos personajes y los conflictos. Se nota que el personaje de Vee en la temporada anterior dejó la valla muy alta. Además, todavía esperamos ver más de Sophia Burset y Pennsatucky, mujeres intensas cada uno a su manera.

Lo más positivo es que sus diálogos cargados de humor ácido y crítico siguen tan o más fluidos que en las temporadas anteriores. Ya habíamos mencionado en este Útero que un gran acierto de la serie era capitalizar las críticas contra lo políticamente correcto, que se traducen en las constantes alusiones a los clichés de los diversos grupos étnicos de la cárcel, así como del sistema que lleva a las personas a la tutela del sistema penitenciario.

Si aún no has visto las dos primeras temporadas, tienes tiempo. En mi opinión, la primera debería atraparte, pero si no lo hace, la segunda de todas formas lo hará. Esperaremos hasta el 12 de junio, cuando Netflix cuelgue la temporada completa, para ver si cumple el reto de mantenerse como una de las mejores series de humor y drama.

 

Regina Limo

Nerd feminista y lesbiana. Escribo guiones, narrativa y teatro. Leo como descosida y colecciono juguetes. También puedes leerme aquí Hueveo en Twitter como @reinadecapitada