noticias , reinadecapitada Lunes, 13 abril 2015

Si Martha Chávez saliera del clóset mañana mismo también me alegraría

Regina Limo

Nerd feminista y lesbiana. Escribo guiones, narrativa y teatro. Leo como descosida y colecciono juguetes. También puedes leerme aquí Hueveo en Twitter como @reinadecapitada

Si Martha Chávez saliera del clóset mañana mismo también me alegraría.

Si Otárola dijera que es gay, sentiría que en algo estamos avanzando.

Si Martín Belaúnde saliera a decir que siempre le gustaron los hombres, asentiría silenciosamente.

Si lo hiciera Castañeda, al menos sonreiría.

Si lo hicieran Alan García o Alberto Fujimori, ok, dudaría un poco, pero igual.

Pero creo que a Martha la idea no le agrada mucho.

No sé si algunas de estas personas sean lesbianas, gays, transexuales o bisexuales. No me consta. Esto es solo un ejercicio de probabilidades. Un ejercicio posible, muy posible. Pero he elegido a un grupo de gente impresentable a propósito. A propósito de la salida del clóset del presentador de televisión Rodrigo Gonzáles, más conocido por su apodo Peluchín.

Vamos a aclarar algunas cosas: Peluchín me cae peor que los cálculos biliares (y los he tenido), me parece un tipo nefasto para la sociedad, un representante televisivo de lo peor de esta: su conservadurismo, su misoginia, su tendencia al chisme y la difamación. En resumen, es un impresentable.

(Además, tu apodo no puede ser Peluchín. No, NO, NEIN, NIET.)

Y, sin embargo, qué bueno que haya salido del clóset. Me alegra.

'Peluchín'

Peluchín y su pareja.

Me alegra no por ti, no por mí, no por el movimiento LGTB… Por él, porque nadie, absolutamente nadie merece estar dentro del clóset. Y por eso es que peleamos ¿no? Para que nadie, sin distinción alguna, pueda ser libre de ser como es.

Sin embargo, he encontrado las reacciones más conservadoras vienen precisamente de personas que se autodenominan activistas o, en el caso de heterosexuales, abanderados del pensamiento progresista. ¡Están convirtiendo a Peluchín en héroe! claman. Un tipo como él no puede representarnos, se agitan.

A ver, nadie convierte al amigo Gonzáles en héroe, menos en representante. Peluchín no es un ejemplo de nuestra moral. No tiene que serlo. No va a serlo. Pero existe y ha salido del clóset, y no vamos a hacernos los locos. Tampoco vamos a exigir parámetros morales para salir del armario ¿o sí? Eso, como movimiento, como activistas, como personas progresistas, nos terminaría convirtiendo en aquello contra lo que supuestamente luchamos: inquisidores de la moral y las buenas costumbres, abanderados de la buena imagen.

¿No es acaso cierto que luchamos en pro de la diversidad? Bueno, ahí está: la parte más fea de la diversidad. Y ese sapo hay que tragarlo. Exigir estándares morales para felicitar a alguien por salir del clóset me parece absolutamente maniqueo. Ninguno de nosotros sabe lo que pasa o pasará el amigo Gonzáles o su familia después de esta declaración. Sí, ya sé, Peluchín va a seguir siendo el mismo impresentable. Y no lo olvidaremos. Pero es muy lindo felicitar a alguien como Ricardo Morán por salir del clóset, quien, hasta donde sabemos, es una persona intachable. No lo es cuando lo hace alguien como Peluchín. Sin embargo, ambos corren el mismo riesgo en un país altamente homofóbico, donde cada semana una persona muere por su orientación sexual (orientación, repite conmigo, no “opción”, orientación). Nada más aguantar todos los insultos en redes, cuyo número crecerá en proporción cúbica luego de esta declaración, me parece suficiente basura.

Y nadie merece eso. Nadie. Que seas un impresentable no te exime de padecer la homofobia, el racismo, la misoginia.

Algunos, no necesariamente activistas, parecen entender el activismo como un ejercicio de ascetismo moral, como los votos que hacen las monjas: castidad, pobreza, obediencia. Y así tenemos la cara de gritar en las marchas que si Cipriani es cardenal qué le importa el sexo anal. Bueno, a algunos se les está saliendo el pequeño Ciprianito que todos llevamos dentro.

No, no somos castos, pobres ni obedientes. Y si lo somos, no queremos serlo. De eso se trata, de defender la diversidad, de demostrar que somos tan humanos como el resto. La diversidad abarca todas las orientaciones, todos los colores y también todas las conductas, hasta la que no nos gustan. ¿Ahora también vamos a pedir certificado de conducta y buena presencia? Sonamos.

El punto es que gente como Peluchín lamentablemente siempre va a existir, pero al menos sabremos que hemos avanzado como sociedad el día en que las puteadas hacia su persona se limiten a criticar la basura que hace en televisión y no su orientación sexual. Y nosotros debemos ser los primeros en contribuir a que así suceda, alejándonos de esos parámetros estrechos de moralina que a todos nos afectan, sin importar certificados de conducta. Y a todos es a todos: a mí, a ti, a Peluchín, a Morán, y a cada adolescente encerrado en su casa y temeroso de decirle a su mamá que es gay, pero que al menos se sentirá aliviado al ver que más gente en televisión lo dice abiertamente. Y eso es lo que realmente suma a nuestra causa.

Regina Limo

Nerd feminista y lesbiana. Escribo guiones, narrativa y teatro. Leo como descosida y colecciono juguetes. También puedes leerme aquí Hueveo en Twitter como @reinadecapitada