discriminación , reinadecapitada Lunes, 9 marzo 2015

Unión Civil: Diez argumentos contra la homofobia para dummies

Regina Limo

Nerd feminista y lesbiana. Escribo guiones, narrativa y teatro. Leo como descosida y colecciono juguetes. También puedes leerme aquí Hueveo en Twitter como @reinadecapitada


**La autoría de este post es compartida entre mi amigo y colega Miguel Flores Montúfar y esta servidora.



Este post está pensado para leer y compartirse inmediatamente.

En las próximas horas, vas a leer y escuchar vaaarias veces argumentos de este tipo: en tu casa, en el colegio, en el trabajo, en la universidad, de boca de tus familiares, amigos, jefes, profesores y compañeros de trabajo. Y aunque en el Congreso no habrá debate sino únicamente votación, ya has escuchado a algunos congresistas repetirlos.

 

(Foto: Facebook de Ciudadanos Sin República)

(Foto: Facebook de Ciudadanos Sin República)

Miguel y yo decidimos poner nuestro granito de arena para contrarrestar esa andanada de comentarios y discusiones donde entra a tallar la homofobia disfrazada de fe, de salud o de moral.

Hemos escogido los diez argumentos más comunes en contra del proyecto Unión Civil para exponerlos y desactivarlos. Van desde el aparentemente inofensivo «no, porque no estoy de acuerdo» hasta el «mañana cualquiera podrá casarse con su perro». Para rebatirlos, por supuesto, hemos revisado algunas fuentes: recurrimos a información, a reflexiones y conclusiones de científicos, humanistas y expertos.

 

Queremos exponer ideas, no escupir dogmas, mentiras ni estupideces. Por eso, no vamos a aceptarlos como elementos de discusión. Esa es la línea del debate: si tienes ideas para contraponer, a ver. Si, en cambio, solo has entrado para copiar citas bíblicas o gritar furiosamente cualquier cosa, puedes ir saliendo de esta ventana. Este post no es para ti.

 

Este post es para quienes no la tienen muy clara sobre el tema, y quieren alternativas de información, o para quienes se encuentran normalmente con comentarios como estos y ya les cansa estar respondiendo de uno en uno. Es agotador hablar, escribir e intentar cualquier forma de comunicación con quien solo ha venido a repetir su discurso. Pero es la única forma. Ya llegará el momento en que la gente se preguntará cómo es que había que explicar y defender derechos tan elementales como este.

 

¿Por qué estás en contra de la Unión Civil?

 

1. Porque no estoy de acuerdo

 

Un derecho es aplicable independientemente de si es popular o gusta a todos.

 Piensa en alguien que te cae mal, por la razón que sea. Una estrellita de la farándula, un político, un compañero de trabajo. Piensa en alguien que en tu opinión, no quisieras tener cerca, a quien no invitarías a comer a tu casa. Por la razón que sea. Y sin embargo, a pesar de tu opinión, esta persona podrá casarse y tener hijos si quiere. Exactamente: en materia de derechos, nuestra opinión no importa. No puedo ir por allí quitándole derechos a quien me parece que no los merece. (No faltarán quienes, de haber podido, me habrían quitado algunos: por ser chola(o), por ser negro, por ser mujer, por ser latino(a), por ser joven, por ser anciano(a), etc.).

Dos cosas más sobre este tema: la primera es que “no estar de acuerdo” con la unión civil ya es una actitud homofóbica. No tienes que salir a perseguir parejas gays para ganarte la medallita. Si alguien afirmara: “Bueno, yo no estoy de acuerdo con que las mujeres vayan a la universidad”, ¿esa persona tiene que golpear mujeres para ser considerada machista? Y el otro asunto es que la opinión sobre un derecho, por muy compartida que sea por la mayoría, de no deja de ser una opinión. Por eso es que los derechos no se votan.

 

 

2. Porque es pecado / porque Dios creó hombre y mujer / porque lo dice la Biblia

 

La ley y la fe religiosa son ámbitos distintos

 Los hemos reunido todos porque equivalen a lo mismo: “mi fe lo prohíbe”. Tener una fe está bien y se respeta, siempre que esta no se interponga entre los ciudadanos y sus derechos. La ley que compartimos todos los ciudadanos, independientemente de nuestras creencias, sexo u orientación sexual, que garantiza nuestra libertad y los derechos que de ella se desprenden, no es un mandato religioso. Así como nadie te impone una fe diferente a la que tienes, no puedes imponer la tuya a los demás.

Ah, verdad: La Biblia, entre otras cosas, justifica la esclavitud, brinda salidas legales a los violadores y ha servido para dar sentido religioso a la tortura y muerte de millones de mujeres a lo largo de la historia. Tú, creyente, has leído la Biblia y sabes que no mentimos. ¿Qué explicación tienes para eso? ¿Es imposible reconocer que la Biblia fue escrita por personas y que también contiene errores, o cosas que ahora son leídas como errores?

Puedes leer:

Jorge Frisancho recoge algunas citas bíblicas que nadie parece defender ahora.

Fernando Savater, “La religión es como el vino” 

Fernando Savater, conferencia “Demo vs.  Teo” (http://goo.gl/ts5R5G, y siguientes)

 

3. Porque la sociedad no está preparada

 

La sociedad no se prepara, se acostumbra. Los grandes cambios siempre se han dado contra los deseos de la mayoría.

 Es verdad: la sociedad NUNCA ha estado preparada. Nunca. Ni para la liberación de esclavos, ni para que las mujeres pudieran ir a la secundaria, a la universidad o a votar. Hubo reclamos alrededor, gente indignada y preocupada por el futuro del hogar, por la salud mental de los niños, por la desintegración de la familia.

Y es más: a pesar de que estas leyes se aprobaron, hubo miles de mujeres que igual no fueron a estudiar, ni a votar, para no ofender a sus padres o esposos, para guardar las formas, para que no las miraran mal. La ley no acabará con los papás que conducen al suicidio a sus hijos, ni con los que cierran las puertas de escuelas, trabajos y discotecas, pero es un paso adelante en la búsqueda de la igualdad.

Puedes leer:

Esta columna de Gonzalo Torres sobre cómo habrán reaccionado algunas personas cuando se aprobaron derechos que ahora nos parecen evidentes.

Un huaqueo de Roy Palomino: una tesis para optar por el grado de bachiller en San Marcos (1949) que se titula “Inconveniencia de otorgar el voto político a la mujer peruana”.

 

4. Porque hay asuntos más urgentes

 

 Todos los asuntos de derechos son siempre urgentes aunque no te involucren

Por eso son derechos. Volvamos al mismo ejemplo anterior. Hace 60 años, cuando se aprobó el voto de la mujer en elecciones generales, ¿este era el asunto más urgente para el Estado?  A ver, así, sin consultar ningún libro pero recordando las clases del colegio o la pre: ¿Cómo estaban nuestros números en nutrición, alfabetización, empleabilidad? ¿No eran, también entonces, asuntos urgentes? ¿No había niños muriéndose de hambre o de frío o de ambas cosas? Eso de “hay asuntos más urgentes” es una de las excusas más disparatadas, egoístas y crueles, porque quien las dice normalmente tampoco está tratando de resolver ningún asunto urgente (o no estaría discutiendo este tema en redes sociales), solo está buscando justificaciones para no hacer nada, y así detener el progreso de cualquier derecho.

Si aplicas ese criterio entonces automáticamente niegas la posibilidad de que problemas que te atañen sean resueltos porque hay otros más importantes que resolver. Por ejemplo, los empleados del Estado deberían dejar de tramitar los papeles de tu casa nueva porque primero deben darles de comer a todos los niños pobres. Y así no funciona ¿verdad?

 

 

5.  Porque es una enfermedad / un trastorno / una desviación

 

La ciencia no ha encontrado nada dañino o pernicioso en ser homosexual

 La única persona que puede dictaminar que alguien está enfermo es un profesional de la salud. Ningún profesional de la salud puede dictaminar que la homosexualidad es una enfermedad o trastorno o desviación porque ningún manual de medicina moderna la considera así. La medicina cambia, evoluciona, y casi siempre es para bien. Hoy tenemos más vacunas que previenen más enfermedades y las afecciones que antes eran mortales hoy son curables o tratables si son detectadas a tiempo.

Ninguna enfermedad depende de una nuestra impresión sobre ella. La gente está enferma o no está enferma. Alguien puede parecer enfermo y no estarlo, o estarlo sin parecerlo, pero que nos parezca enfermo no inserta la enfermedad en su cuerpo.

Para eso existe la ciencia. Y la ciencia ha demostrado y declarado, hace ya varios años, que la homosexualidad no es una enfermedad. Además, ¿cómo va a ser enfermedad sentir deseo, placer y amor sin que esto involucre violentar a nadie? 

Puedes leer:

La Asociación Estadounidense de Psicología (APA, por sus siglas en inglés) sobre Orientación sexual y homosexualidad

 

(Foto: Facebook de Ciudadanos Sin República)

(Foto: Facebook de Ciudadanos Sin República)

 

 

 

6. Porque la homosexualidad es antinatural

 

Nadie inventó la homosexualidad. Existe en la naturaleza. Lo natural no es bueno o malo en esencia. 

¿Qué se supone que es natural? En principio, la homosexualidad está documentada en cientos de especies animales, y en segundo lugar, NO SOMOS SOLO ANIMALES. Tenemos un lenguaje, hablamos y escribimos, componemos y escuchamos música, tenemos sexo por puro placer (y no solo para concebir), cocinamos y aderezamos la comida (y no comemos solo para reproducirnos), somos conscientes de nuestra muerte, tenemos fe, construimos aparatos, y un millón de etcéteras más. Nada de eso es natural. ¿Con qué autoridad podemos calificar de antinatural una relación si la monogamia también lo es? 

Si determinamos que lo natural es aquello que viene sin que nosotros lo hayamos inventado, la homosexualidad es natural puesto que ha existido siempre y no hay cultura o sociedad en la que no aparezca. Y la existencia de homosexuales no ha impedido la existencia de parejas heterosexuales. 

Puedes leer:

En este libro de Fernando Savater, Las preguntas de la vida, el séptimo capítulo se titula “Artificiales por naturaleza”.

 

 

7. Porque, si se aprueba, mañana podrán aprobarse el incesto, la pedofilia y la zoofilia

 

No es lo mismo unirse libremente a alguien que chantajearlo o someterlo

La homosexualidad, el lesbianismo y la bisexualidad, como orientaciones sexuales, implican la atracción sexual y el consentimiento de ambas partes así como la voluntad y la libertad mutuas. La pedofilia, el incesto y la zoofilia, en cambio, no, y en su funcionamiento existe siempre una víctima y un victimario (el sometimiento puede darse a través de la seducción, la violación y el chantaje).

Foto: Renzo Salazar para sinetiquetas.org

Foto: Renzo Salazar para sinetiquetas.org

 

 

8. Porque confundiría a los niños

 

A un niño basta con decirle que dos personas se quieren

Los niños no suelen nacer con los temores que tienen los adultos. Son estos quienes se los contagian. La única forma en que los niños se confundan es que nadie les sepa explicar algo bien o lo haga con temores y prejuicios. Hablar de homosexualidad es como hablar del sexo en general: si se hace naturalmente y sin temores no hay nada que temer. Si, por el contrario, se hace con susurros, risas o caras serias, la impresión no va a ser buena.

Si lo que temes es que un niño se vuelva homosexual, respira. No lo hará. Nadie se “vuelve” homosexual. Puedes conversar con todos los gays, lesbianas y trans que conozcas (y si no conoces, atrévete a conocerlos, no muerden). Hablarle a un niño del tema no lo hará homosexual. Por el contrario, si el niño ya lo es, hablarle naturalmente del tema le evitará una vida de sufrimientos a causa de sentirse injustamente raro o enfermo. Y lo peor que podemos hacer con un niño es dañar su autoestima ¿no?

Puedes leer:

Un padre médico habla con su hijo sobre la homosexualidad

 

 

9.  Porque atenta contra la idea tradicional de familia

 

La familia cambia y evoluciona a través de los tiempos. Ninguna pareja heterosexual dejará de serlo por la existencia de parejas homosexuales

La constitución de la familia ha cambiado a lo largo de la historia. Por ejemplo, en la Edad Media era común abandonar a los hijos cuando no se pudiera alimentarlos (el cuento de Hansel y Gretel está basado en esta costumbre). Los padres podían disponer de la vida de sus hijos incluso cuando hubiesen llegado a la mayoría de edad. La ley hacía diferencias entre hijos dentro del matrimonio e hijos fuera del matrimonio. El esposo podía decidir sobre el dinero de la esposa. Los patriarcas bíblicos tenían varias esposas. Los hombres ricos y los reyes podían tener concubinas aparte de la esposa.

La constitución de la familia no ha sido siempre la misma y, afortunadamente, ha cambiado para bien. Los abuelos crían a sus nietos. Las personas crían hijos de matrimonios anteriores. Los amigos viven juntos para compartir gastos. Además, una pareja heterosexual no va a dejar de serlo porque una pareja homosexual decida unirse. Si la familia ha cambiado, lo ha hecho por factores que nada tienen que ver con las parejas homosexuales. Las familias actualmente se forman por la voluntad de personas que quieren compartir la vida con sus seres queridos. Es este fondo y no su forma (foto de mamá, papá y parejita de hijos, por ejemplo) lo que constituye el corazón de una verdadera familia.

 

 

10.  Porque es el primer paso hacia el matrimonio igualitario y la adopción de niños

 

Sí, la Unión Civil es el primer paso hacia una sociedad más justa

Primero lo primero: el proyecto de Unión Civil no les permite a las parejas adoptar niños. ¿Queda claro? Dicho esto, la respuesta es sí: por supuesto que es el primer paso. ¿Cuál sería el argumento para negarlo? Cuando el Parlamento argentino debatía el proyecto de matrimonio igualitario, se propuso cambiarlo por otro. Uno que se llamaba unión civil, precisamente. Y una de las razones que el Congreso dio para descartar este último era que si se trataba de los mismos derechos, ¿por qué no iban a tener el mismo nombre? Eso en primer lugar. En segundo lugar, las parejas que van al Registro Civil se casan, y reciben un acta de matrimonio civil. Es decir, ese no es solo el nombre del sacramento religioso, sino que así se llama, también, el contrato que los esposos firman ante el Estado. ¿Por qué la unión entre personas del mismo sexo tendría que llamarse de otra forma? “Porque matrimonio viene madre y los gays no pueden ser madres”. Ay, por favor: si este post no fuera ya tan largo, nos alegraría mucho hacer una divertida lista de las miles de palabras que significaron una cosa en principio, y que luego ampliaron sus acepciones o que, de plano, significan ahora algo totalmente distinto.

 

Y sobre los niños: ningún estudio científico demuestra que su orientación sexual es determinada por la de sus padres. Una prueba de ello es, por cierto, que la enorme mayoría de gays y lesbianas del mundo proviene de relaciones heterosexuales. Ahora, piensa: ¿Qué crees que es lo más importante que necesita un niño para crecer feliz? ¿Que le digas cómo tiene que sentarse o vestirse u orinar? ¿Que lo obligues a ser un hombrecito que no llora o una niña de su casa? ¿Qué es lo único que importa tanto como que se alimente y tenga dónde dormir? Que sea educado en el amor, que sea amado y pueda amar. Y es evidente que una familia (ya hemos dicho a qué nos referimos con familia) podrá garantizar eso mejor que un albergue u orfanato. Pero no importa, ¿verdad? Es mil veces mejor el orfanato, o que sea delincuente o se mate, por último. Cualquier cosa es menos horrible que un niño criado por dos papás o dos mamás.

 

Puedes leer:

Estos dos artículos de Mario Vargas Llosa sobre el tema. El primero fue publicado en 2005, cuando España legalizó el matrimonio igualitario.

Y este otro, cuando el año pasado empezó a debatirse en el Congreso el proyecto de Unión Civil.

 

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No importa cómo has llegado hasta aquí, si estás a favor o en contra del proyecto Unión Civil. Lo importante es que estés dispuesto a discutirlo, a conversar, a refutar. El tema ya está en la mesa de debate y todos tenemos que estar a la altura de la discusión. Recordemos que la democracia no consiste en asistir solo a la mayoría, sino en otorgar y venerar derechos equitativamente entre quienes conforman el país.

 

Si estás en contra, no pretendemos convencerte de la noche a la mañana: solo queremos que nos leas, que reflexiones un momento y te asegures de descartar todas las posibilidades que te impidan estar en el lado correcto de la historia.

 

Si estás a favor del proyecto: paciencia y buen humor. La Unión Civil llegará, tarde o temprano, y nuestra tarea es que lo haga más temprano que tarde. Es cierto que esto no cambiará radicalmente el panorama, que hay cuestiones importantísimas como detener la violencia homofóbica y los asesinatos, que hay que educar a padres y familias enteras para que no ejerzan esta violencia contra sus propios hijos.


Pero la Unión Civil será un gran paso adelante, una de las mejores cosas que podremos dejar para el futuro, para ese país que no existe todavía pero que es nuestra esperanza: en él, todas y todos tenemos los mismos derechos, nuestras vidas son igualmente dignas y ser felices sigue siendo una posibilidad.

 

Foto: Renzo Salazar para sinetiquetas.org

Foto: Renzo Salazar para sinetiquetas.org

Regina Limo

Nerd feminista y lesbiana. Escribo guiones, narrativa y teatro. Leo como descosida y colecciono juguetes. También puedes leerme aquí Hueveo en Twitter como @reinadecapitada